Después de dispensar unos medicamentos a una señora, me ha dicho si le podía escribir en las cajas cómo se los tenía que tomar.
A la vez que lo escribía, se lo iba diciendo.
"Este tres veces al día, este una vez por la mañana y otra por la noche..."
Al cabo de un rato, la señora me dice:
"Dímelo más alto, que no te oigo bien. Es que me he dejado las gafas en casa."
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